Revista Èvoque

El imparable deterioro del planeta y los malos hábitos de las grandes empresas, especialmente las dedicadas a la extracción de recursos naturales, ha provocado la aparición de diversas formas de lucha ecológica. Una de ellas, el biogás, está teniendo una gran aceptación entre aquellas empresas que, de verdad, apuestan por el desarrollo sostenible y trabajan en su producción.

Extracción de biogás

El biogás, a grandes rasgos, se obtiene a través de la perforación de terrenos expuestos a la descomposición anaerobia de desechos de tipo orgánico. Gracias a la biodegradación del material orgánico, habitualmente almacenado en vertederos, es posible generar energía. Esto, principalmente, se produce por la falta de oxigeno de los residuos que produce elementos como el metano o el dióxido de carbono. De esta forma, se solventan dos problemas ambientales como es la contaminación y la producción de energía.

Para que los residuos se conviertan en energía, se deben dar cuatro etapas esenciales como son la hidrólisis (primera etapa en que la materia orgánica debe atravesar la pared celular), acidogénesis (etapa clave donde se produce la conversión de las moléculas orgánicas), acetogénesis (los compuestos no metabolizados se transforman en acetato e hidrógeno) y metanogénesis (las bacterias metanogénicas entran en acción para completar la descomposición y producir el metano y, por consiguiente, el biogás).

Este gas renovable se ha convertido en una de las principales alternativas al gas natural en España, convirtiéndose en el séptimo país productor según datos del barómetro Eurobserver. Actualmente esta producción proviene de residuos urbanos y agroganaderos y se contabilizan más de 60 plantas de biogás en territorio nacional. Además, comienza a ser utilizado en transportes, hogares o en el sector industrial, por lo que su presencia en el día a día de las personas, aumentará la utilización del mismo.

Por esta razón, multitud de empresas han comenzado a interesarse por este tipo de energía renovable que convierte los residuos en recursos. A pesar de depender de los elementos y tipología de los desechos, ya es vista como una forma de producción energética muy exitosa por su calidad (puede llegar a ser muy similar al gas natural) y, sobre todo, por su beneficio al medio ambiente.

 

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