Cuando hablamos de fibra de carbono nos referimos a una fibra sintética constituida por unos filamentos de un grosor muy pequeño, en el que su componente principal es el carbono. Cada filamento de carbono es la unión de muchas miles de fibras de carbono, la cual se fabrica a partir del poliacrilontrilo. Sus 3 grandes ventajas hablan sobre sus propiedades mecánicas a modo de acero, su ligereza frente a la madera e incluso el plástico y su mayor resistencia a impactos superando la del acero.
En la actualidad la fibra de carbono es utilizada en cualquier elemento de la vida cotidiana, abarcando sobre todo el tema de la fabricación de automóviles y en la aeronáutica, industrias donde se aprovechan al máximo las propiedades de este material.
El átomo de carbono posee muchas facilidades para enlazarse consigo mismo, llegando a ser la base de todos los productos químicos; obteniendo como resultado materiales tan fuertes como el acero pero mucho más ligeros, pudiendo ser diseñados por ordenador.
Su utilización se basaba en la industria aeronáutica, aunque ahora, su utilización está siendo destinada a otro ámbito industrial como es el de la fabricación de automóviles de alta gama o destinados al deporte, aportando una reducción tanto del peso como del consumo del vehículo, sobre todo en carreras de Fórmula Uno. Además, soporta las altas velocidades que en otros coches harían que el conductor perdiera el control de su conducción. Sobre todo, es utilizado en los paneles de la carrocería, el capó, el techo, algunos elementos aerodinámicos, alerones y en la instrumentación del interior.
Cabe añadir, que la utilización de la fibra de carbono en otras categorías como la fabricación de joyas y prendas de ropa, y las bicicletas y cascos cada vez es más frecuente y más demandada, gracias a su gran flexibilidad que permite su fácil manipulación; así que podemos ver como este material es tan versátil que tanto se puede utilizar como un material útil para el funcionamiento como para la decoración en diferentes objetos.